Cartografías radicales

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Cartografías radicales

Nuestro viaje al territorio para reconocerle y habitar su emergencia ha sido a través de la vida, distribución y las historias de las especies de semillas que se dispersan por el viento. En este sentido creemos que era preciso dislocar los límites del continente. Borrar las fronteras geopolíticas humanas, las que tanto nos esmeramos en dibujar y retrazar una y otra vez en esta necesidad biopolítica, o mejor dicho, necropolítica de organizar los cuerpos en el mundo.

Este viaje al territorio se ha transformado en una relectura, en nuevos lugares y paisajes donde se ha abierto la posibilidad de mezclarlo y recomponerlo como unidad desde sus relaciones bióticas y abióticas no humanas.

En este sentido, nuestro viaje al territorio para reconocerle y habitar su emergencia ha sido a través de la vida, distribución y las historias de las especies de semillas que se dispersan por el viento. Este viaje al territorio se ha transformado en una relectura, en nuevos lugares y paisajes donde se ha abierto la posibilidad de mezclarlo y recomponerlo como unidad desde sus relaciones bióticas y abióticas no humanas.

Hemos seleccionado trabajar con distintas especies de semillas autóctonas de Argentina, México, Ecuador y Colombia. Algunas de ellas son endémicas de ciertas regiones, pero también su capacidad de propagación por los aires nos ha permitido releer los territorios. Algunas de ellas vuelan y borran las fronteras hacia tierras lejanas.

En este sentido hemos generado un mapa móvil, envuelto en flujos y movimientos dinámicos que muta todo el tiempo gracias al viajar por el viento de las semillas y los fenómenos ambientales que las mueven.

Uno de los conceptos importantes que han surgido de nuestra investigación es el tema de la “migración vegetal”.

Este movimiento estacional y cíclico se encuentra relacionado con los cambios habituales del clima, con la disponibilidad del alimento para asegurar su reproducción. Es así que estos desplazamientos colectivos de carácter periódico, más o menos prolongados en el tiempo y/o en el espacio, están provocados por la combinación de un estímulo externo con un estímulo interno. El soplar del viento que nutre el deseo de germinar vida.

Las migraciones de las plantas se producen de forma intergeneracional, es decir, tienen lugar entre dos o más generaciones. El tiempo de habitar el territorio desde la percepción de estas especies, casi invisible a la mirada humana, nos ha también influenciado para entender las complejas relaciones planetarias y las sutilezas necesarias para la vitalidad de otras especies. Esto ha abierto una discusión sobre las políticas de la escala del tiempo y el espacio. Hoy los organismos vegetales están moviéndose, sin prisa, pero sin pausa.

Sin embargo, el ecesis, es decir, el éxito de asentarse favorablemente en el lugar destino bajo las condiciones allí existentes son cada vez más violentas y difíciles. El cambio climático, los ascensos térmicos y los cambios en el régimen de las precipitaciones, la pérdida, desertificación y contaminación de los suelos por acciones de origen antropogénico han puesto en riesgo este proceso migratorio. Cada vez es más difícil para las especies lograr encontrar suelos fértiles y accesibles para desarrollarse y diseminarse. En este proceso de desterritoralización ha obligado a las especies a modificar sus áreas de distribución o adaptarse a nuevas condiciones de su área. Estos cambios, poco a poco, pero cada vez de manera más acelerada están generando modificaciones importantes en los paisajes y las vitalidades de los ecosistemas.

Ante esta idea podríamos preguntarnos ¿Cuál es la causa-motor por la que las plantas logran adaptarse y migrar? La respuesta nos la da la variabilidad fenotípica presente en el mundo vegetal. Esta palabra simplemente nos indica las características que posee un ser vivo, que vienen dadas por la información genética de sus padres, pero que también se ven influenciadas por el ambiente en el que se encuentra.

Así, cabría preguntarnos… ¿Hasta dónde llegarán las especies vegetales en el futuro? ¿Serán capaces de adaptarse, o se quedarán por el camino?